Como cada año me ha pillado el toro y aquellos bonitos propósitos que me hice el 31 de agosto han quedado reducidos a ficción. No tengo nada comprado y sospecho que no soy la única. Aunque yo tengo excusa: ¡soy la peor madre del mundo! (je, je, je).
El programa lo he dedicado a todos aquellos progenitores a los que la cercanía de las navidades les provoca pánico y angustia al ver que no tienen nada preparado. Tranquilos. Aún estamos a tiempo y la madre del cordero, el truquillo que nos va a salvar de todo el jaleo no es otro que un cronómetro.
Eso y que nadie se olvide de pedir a los Reyes toneladas de sentido del humor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario